La Torre del oro de Sevilla es una imponente construcción histórica que se ubica justo a la izquierda del río Guadalquivir. El mismo, a su vez se ubica en la actual ciudad de Sevilla, junto a la plaza de los Toros de la Maestranza. Tiene una altura de 36 metros y su nombre hace referencia directa al brillo dorado que adquiere gracias al brillo del río. Un lugar que, más que por su brillo, resalta por la rica historia que tiene para contar.
Historia de la Torre del oro de Sevilla
Esta torre de Sevilla empieza su construcción el 30 de marzo de 1220, siendo diseñada para defender la entonces ciudad Almohade. Es terminada de construir en febrero de 1221 y resultó ser el punto más importante puesto que defendía el puerto de la antigua ciudad. Esta misma, vale mencionar, fue construida por orden del para entonces gobernador de Sevilla Abù l-Ulà y formaba parte de las murallas de Sevilla que defendían la ciudad y el Real Alcázar.
Desde la propia época Almohade ya era llamada como torre del oro esta construcción tan particular. Misma que, aunque no lo parezca, ha tenido varios momentos críticos y decisivos a lo largo de la historia, siendo uno de ellos la revolución de 1868, en donde estos mismos revolucionarios tomaron los lienzos de la muralla y los demolieron para luego ponerlos en venta. Aun así, la oposición de los hispalenses logró que esta torre no cayera.
Ha sido restaurada repetidas veces, instaurando en la misma en 1936, lo que ahora es el museo marítimo. Allí, en la actualidad, se muestran diversos instrumentos antiguos de navegación y maquetas dignas de ser vistas y admiradas. Su última restauración fue en el año 2005, haciendo de este lugar histórico de Sevilla algo con mucha más historia de la que se puede memorizar en un primer intento.
Características generales de la torre del oro de Sevilla
La torre está formada por tres cuerpos, siendo el primero de ellos uno de corte dodecagonal construido en 1220 y 1221. El segundo cuerpo, por su parte, también es de corte dodecagonal y fue mandado a construir por Pedro I El cruel cerca del siglo XIV. El último cuerpo, superior y de corte cilíndrico y rematado en cúpula dorada, terminó de ser construido en 1760 luego del terremoto de Lisboa en 1755.
Un aspecto muy interesante de la torre resulta ser su cimentación, la cual consiste en una losa de hormigón de cal cuyo espesor es de 5 metros. Esta misma yace sobre un terreno blando debido a la cercanía de la construcción con el río, cosa que obligó a añadir a su cimentación madera de pino para una mayor consistencia. Sin embargo esto no termina aquí, ya que en 1760, tras las obras de restauración por el terremoto, la cimentación fue macizada justo en la planta baja de la torre, lo cual aumenta en 6 metros más la cimentación de la torre del oro.
Lo anterior dicho quiere decir que la torre cuenta con una cimentación de 11 metros.
Curiosidades de la torre del oro de Sevilla
- La altura total de la torre del oro de Sevilla es de 36 metros.
- A esta clase de torre se le conoce como torre albarrana, lo cual indica que está formada por un recinto fortificado.
- El 13 de agosto de 1992, se hermanó a esta torre con la torre de Belem de Lisboa en conmemoración al año de la Exposición Universal de Sevilla.
- Esta torre tiene en su haber algunas leyendas falsas que le dan misticismo a toda la torre. Entre las leyendas de la torre del oro más populares se encuentran:
- Desde el basamento propio de sillería se echaba una cadena gruesa y fuerte que cruzaba hasta la orilla del río, uniendo esta torre con otra que exista en ese mismo lugar, llamada “Torre de la Fortaleza”. De esta forma se podía proteger la entrada del puerto. Esto es totalmente falso por supuesto, puesto que la segunda torre jamás existió.
- El nombre de la torre se debe a que en la misma existía el almacén de lingotes de oro llegados de América. Ello es falso en su totalidad puesto que el oro y la plata que llegaba a esta tierra se resguardaba en la Casa de la Contratación.
Curioso sin duda, ¿no te parece? No dejes de visitar la torre del oro de Sevilla para saber mucho más sobre esta. ¡Realmente vale la pena!