Son muchas las leyendas de nuestra ciudad y la de su lema no deja de ser de las mas interesantes.
Para empezar, diremos que este lema es muy parecido a los que aparecen en los escudos de armas de otras ciudades europeas y que tiene una base religiosa, pues toma las sílabas iniciales de la expresión latina ‘Nomine Domini’, que traducida viene a ser ‘en el nombre de Dios’. Sin embargo, la madeja (8) que está situada entre ambas abreviaturas ha dado pie a múltiples interpretaciones y la mayoría de ellas ven en este símbolo algo más que un simple nexo.
El Rey Alfonso X «El Sabio»
La primera de las leyendas está relacionada con el rey Alfonso X «El sabio», quien era un hombre de letras, muy culto e intelectual. Bajo su reinado florecieron todas las clases de ciencias y arte de la época. Sin embargo el rey no era muy habilidoso en el arte de gobernar, la economía o la administración pública, por lo que mucha gente estaba descontenta. Debido a esto, su propio hijo Sancho levantó armas contra él, unos dicen que para salvar al reino y otros por ambición de poder.
Poco a poco, y sin casi necesidad de lucha, Sancho se fue haciendo con todo el reino, pero decidió no atacar Sevilla, ciudad donde se había refujiado su padre el rey Alfonso X, quien ya estaba viejo y enfermo. Aquí pasó sus últimos años el rey, apoyado por el clero, la nobleza y el pueblo Sevillano, quines lo cuidaron hasta el final de sus días.
Gran aficionado a los geroflíficos, el rey regaló al Ayuntamiento de Sevilla en el año 1283, un símbolo a modo de lema, formado por las sílabas NO y DO con una madeja en medio. NO ∞ DO
Así la lectura de este criptograma es NO-MADEJA-DO, expresión fonética de la frase NO ME HA DEJADO, con la que el rey quería agradecer a la ciudad de Sevilla el hecho de que no le hubiera abandonado.
La Virgen María
Otra teoría asegura que este criptograma (‘No me ha dejado’) hace referencia a la ayuda divina de la Virgen María que recibió Fernando III para conquistar Sevilla y expulsar a los musulmanes.
