Desde sus orígenes el Guadalquivir fue un importante puerto fluvial, un puente entre el Atlántico y el interior de Andalucía. Las primeras referencias se remontan a Tartessos, cuyo nombre proviene de Tarssis tal y como era conocido en ese momento el río, y fenicios. Así, las excavaciones realizadas en la Cuesta del Rosario demuestran que el primer asentamiento humano tuvo lugar hacia el siglo IX a.C. La leyenda cuenta que un comerciante fenicio, tras aventurarse más allá del estrecho de Gibraltar límite del mundo conocido, fundó la ciudad de Cádiz. Luego decidió remontar el Guadalquivir fundando una colonia en el lugar que hoy en día ocupa la plaza de la Alfalfa.